Despidiendo a John Whitmore (1937-2017)
Introducción
El 4 de mayo a las 16:17 recibía la noticia, a través de un comunicado enviado por David Brown (CEO de Performance Consultants International), de que Sir John Whitmore (1937-2017) había fallecido (realmente sucedió el 28 de abril de 2017, a los 79 años de edad).
El comunicado decía lo siguiente:
Mostrando nuestro respeto a nuestro fundador y mentor.
Con gran tristeza anunciamos que nuestro querido amigo, fundador de Performance Consultants y padrino del coaching, ha fallecido. John fue pionero del coaching en el trabajo y autor de Coaching for Performance, considerado la “biblia” del coaching en todo el mundo.
Seguiremos honrando su gran legado. Su pérdida se sentirá a nivel personal por los millones que ha tocado, y la industria del coaching y liderazgo estará siempre agradecida por la contribución que ha realizado.
Nuestros pensamientos y simpatías en este momento son dirigidos a su familia y amigos. Si quieres compartir las maneras en las que John tocó tu vida, estamos recogiendo pensamientos en su página de LinkedIn, y la compartiremos con su familia y aquellos que están trabajando para llevar adelante su gran legado.
David Brown, CEO, Performance Consultants International [1]
Biografía general
Su nombre completo era John Henry Douglas Whitmore (hijo de Francis Henry Charlton Douglas Whitmore, 1872-1962). Heredó de su padre la dignidad Baronet concedido por la Corona Británica, y por tal motivo se hacía referencia al él como Sir.
Fue educado en Eton College, la Royal Military Academy Sandhurst (que tiene como objetivo ser el “centro nacional de excelencia en liderazgo”) y el Cirencester Agricultural College [2]. Se casó dos veces (primero con Ella Gunilla Hansson –divorciados en 1969– y más tarde con Diana Becchetti, quien influyera en él sobre los aspectos más profundos de la psique humana a través de las teorías y prácticas de la psicosíntesis).
Whitmore, piloto de coches de carreras
En 1961 ganó el British Saloon Car Championship compitiendo con un BMC Morris Mini-Minor de 848 cc que había comprado por sólo £ 400. Al año siguiente compitió otra vez, con un Mini Cooper, y salió segundo a solo dos puntos detrás del fallecido Jack Sears [3]. En 1965 ganó la European Touring Car Championship en un Lotus Cortina (KPU392C) [4]. Además, compitió el 24 Hours of Le Mans durante 5 años (entre 1959-1966). El primer año terminó segundo en la clase junto a Jim Clark en un Lotus Elite. En 1965 y 1966 compitió con un Ford GT40, pero tuvo que retirarse en ambas carreras por problemas mecánicos. A finales de 1966 se retira de las carreras. Más tarde regresó conduciendo coches en eventos históricos como el Goodwood Revival.
Por este motivo, fueron varios los medios deportivos que se hicieron eco de la noticia de su fallecimiento:
1. British Saloon Car Championship
2. The British Racing Driver’s Club
3. GoodWood
4. AutoSport
5. AutoSport Retro
6. Vintage Racecars
Whitmore, “padrino” del coaching
Posteriormente a su carrera como deportista, se interesó en la Psicología Transpersonal de Roberto Assagioli (influenciado por su segunda mujer, Diana), a través del cual profundizó sobre la importancia de la libertad, voluntad, intención, elección o responsabilidad. En los 70’ estudió en el Instituto Esalen (California) con William Schutz (creador del modelo FIRO-B), y posteriormente con Tim Gallwey (“padre” del coaching), con quien aprendió las técnicas y método de El Juego Interior.
En 1979 introduce El Juego Interior en Inglaterra. Primero dirigiéndolo a deportistas de tenis, golf y esquí, y un año después (1980) ya había introducido dichas técnica y método en el mundo empresarial, transformándose en pionero en dicho campo y dando el puntapié inicial para el desarrollo de lo que hoy conocemos como coaching [5].
En 1990 co-funda, junto a Eric Parsloe, David Cutterbuck, David Megginson y Julie Hay, la European Mentoring and Coaching Council (EMCC) [6]. En 2004 funda Performance Contultants International y estuvo involucrado en la Professional and Personal Coaches Association (PPCA), una organización que en 1998 se fusionó con la International Coach Federation (ICF) [7]. Sirvió, además, como fideicomisario [8] de la Fundación de la ICF hasta su reciente muerte.
En el campo del coaching, ha recibido dos premios destacados: (1) En 2007 el President’s Award de la ICF, por el avance de la profesión del coaching , y (2) En 2013 el Lifetime Achievement Award de la International Association of Coaching (IAC) .
Es bien conocido por su libro (best-seller internacional) Coaching for Performance (que originalmente se publicó al español como Entrenando para el desempeño empresarial: Guía práctica para desarrollar sus propias habilidades, y en sus últimas ediciones, ampliadas y revisadas, simplemente se tituló Coaching: El método para mejorar el rendimiento de las personas),el cual vendió más de 800.000 copias y fue traducido a más de 23 idiomas.
Quizá menos conocidos son sus libros Superdirver (1988) o Need, Greed or Freedom. Business Changes & Personal Choices (1997), que no están traducidos al español. En Need, Greed or Freedom, Whitmore expone un modelo basado en la Necesidad (Inclusion), Codicia (Assertion) y Libertad (Cooperación) para hacer frente a los cambios que sufre la sociedad (tanto en los negocios, como en el deporte, política, religión o ciencia).
Probablemente menos conocidos sean, aún, los prólogos que escribió para otros libros. Por un lado, están los prólogos en The Only Planet of Choice (1999) de Phyllis V. Schlemmer y en Nine: Briefing from Deep Space (2005) de Stuart Holroyd [9]. Y por otro lado, en Emotional Intelligence Coaching: Improving Performance for Leaders, Coaches and the Individual (2009) de Steve Neale, Lisa Spencer-Arnell y Liz Wilson, en Global Coaching:An Integrated Approach for Long-Lasting Results (2010) de Philippe Rosinski, y en Challenging Coaching: Going Beyond Traditional Coaching to Face the FACTS (2012) de Ian Day y John Blakey. En este último los autores ofrecen la idea de que es necesario ir “más allá del coaching tradicional” (entendiendo a éste en su esencia no directiva), para incluir un “desafío” que haga frente a los “hechos”, proponiendo el “Modelo FACT”. Dicho modelo es una nueva regla mnemotécnica que incluye los concepto de Retroalimentación (Feedback), Responsabilidad (Accountability), Metas valientes (Courageous Goals), Tensión (Tension) y Pensamiento sistémico (Systems Thinking), que lamentablemente supone un alejamiento considerable de la esencia del coaching.
En el prólogo de Global Coaching, Whitmore dice lo siguiente:
Muchos coaches creen que los coaches deben estar siempre en la agenda de los coachee’s y que no deben traer sus conocimientos o valores en las sesiones. Philippe no retrocede ante esta creencia. De hecho, hace lo contrario: invita al lector a mirar, con cierta profundidad, a cada uno de los principales problemas que enfrenta la sociedad -y de hecho la humanidad- y tenerlos plenamente en cuenta durante el proceso de coaching. Esto fomenta el progreso en la maduración de la profesión de coaching, que ya ha estado en marcha durante los últimos años. [10]
Dos años después, en Challenging Coaching, Whitmore dirá, más explícitamente:
[…] el libro desafía a los coaches a darse permiso para romper alguna de las ‘reglas de oro’ del coaching, por ejemplo el principio de estar exclusivamente en la agenda del cliente. Realmente alienta a romper esta regla, y yo estoy plenamente de acuerdo con esto. [11]
Un poco más adelante dirá, también, que:
Este ejemplo muestra que a veces es necesario una retroalimentación desafiante para que el cambio suceda. Cuando las personas me preguntan ‘Eso no es coaching’ yo respondo ‘Cualquier cosa que sea apropiado en el momento para ayudar a una persona a moverse de A a B es coaching’. [12]
Es evidente, para el lector que conoce mi pensamiento y práctica, que no comulgamos con esta perspectiva del coaching, y con la deriva que Whitmore apoya en estos libros a través de sus prólogos. Y no solo por entender que es necesario romper una “regla de oro” (aspecto realmente innecesario, e incluso perjudicial para la coherencia e integridad del coaching), sino por hacer una declaración metodológicamente utilitarista del coaching, impropio de su propio pensamiento (pero esto requeriría otro artículo, que además escapa de nuestro propósito de mostrar el reconocimiento que se merece por su gran labor realizada en la industria del coaching).
Anécdotas personales
Tuve la oportunidad de coincidir con John Whitmore en tres ocasiones. Mi primer encuentro con él fue entre el 2001 y el 2002 (período en el que realicé mi formación en coaching) en el primer curso que él impartió en España (tanto en Madrid como en Barcelona simultáneamente). El segundo encuentro fue en 2010, participando de una formación que impartió en la Universidad Francisco de Vitoria (Madrid). Y el tercero, ya fue como invitado a participar del primer programa de formación de coaches no directivos que diseñé para una escuela radicada en Galicia (y que se impartió, también, en Madrid y Barcelona durante mi estancia como responsable docente de la misma).
Recuerdo varias anécdotas vividas en cada uno de dichos encuentros. Durante la comida de la primer jornada de formación con él (en mi primer encuentro) me llamaba “el hombre de las preguntas difíciles”. Lo cierto, es que ya había leído los únicos dos libros de coaching en español que se habían publicado, y aproveché para resolver dudas fundamentales que normalmente uno suele tener cuando se acerca por primera vez al coaching. En la sobremesa, cuando le comenté de mi nacionalidad argentina, me comentó que tenía un pariente de su núcleo familiar cercano viviendo allí. Pero una de las cosas que mejor recuerdo fue cómo me sorprendió que a mi pregunta sobre cuál era la diferencia entre la psicología y el coaching, él dijera que no había prácticamente ninguna. A este respecto, lo cierto es que quizá, Whitmore, estaba haciendo referencia a la psicología humanista, o incluso a la psicosíntesis (aunque yo le pregunté por la psicología sin apellidos) y que él consideraba prácticamente en el límite con el coaching (o incluso hasta su evolución natural). Sin embargo, aún así, mi perplejidad me llevó a investigar más en profundidad, y concluir, finalmente, que Whitmore estaba equivocado en este aspecto, y que el hecho de que la profesión no lo reconociera rápidamente, acabaría con la esencia misma del coaching. De este primer encuentro aprendí de él, y comprendí, cuáles eran los principios del coaching (que luego descubrí que eran una aplicación de El Juego Interior, combinado con las teorías y prácticas de Roberto Assagioli sobre psicosíntesis), la importancia del modelo GROW (que asumí como de su autoría, hasta que descubrí que fue una co-creación junto a Graham Alexander y Alan Fine a pedido de McKinsey & Company), y especialmente la esencia no directiva del coaching (aspecto sobre el cual he tenido que profundizar dado que lo recibido por él provenía de sus experiencias profesionales e intuitivas, divulgativas y poco precisas para llevarlo a un nivel más académico y sistematizado).
Así es como me embarqué en mi primer libro Arte y ciencia del coaching. Su historia, filosofía y esencia, publicado a principios del 2005, y donde procuré esbozar la evolución histórica del coaching, profundizar y articular sus principios y comparar el modelo GROW con otros dos modelos que entonces estaban surgiendo, el OUTCOMES de Allan Mackintosh y el ACHIEVE de Sabine Dembkowski y Fiona Eldridge (a quienes solicité autorización para su traducción y publicación). Esta investigación me llevó a comenzar a comprender la verdadera distinción del coaching frente a otros procesos de ayuda, aunque aún me quedaban muchos aspectos por comprender y articular debidamente (aún no había conseguido sistematizar el método propio del coaching como tal).
Así es como, volví a participar de un curso con Whitmore en 2010. Entonces trabajaba junto a Jesús Paniagua (director de Recursos Humanos de Young & Rubicam) en un proyecto de implementación del coaching dentro de la compañía. Jesús, además, es especialista en logoterapia, y creó un sistema o método para aplicar o considerar el sentido dentro del área laboral (por lo que estaba muy alineado a la visión de Whitmore). En esta ocasión, Whitmore realizó algunas consideraciones adicionales que me llamaron también la atención. La primera, fue que si bien seguía hablando de los principios de consciencia y responsabilidad, dejó de mencionar a la autocreencia (término que utilizaba para diferenciarlo de la trillada “autoestima”). Le pregunté la razón, y su respuesta fue, básicamente, que la misma era, en realidad, un derivado natural de las otras dos. La segunda, fue cuando puso énfasis en ir “más allá del coaching tradicional” por considerarlo “débil”. Whitmore comenzó a percibir un sentido de urgencia para el cambio social, y por tanto, consideraba que si una persona o empresa solicita coaching para fines espurios, banales o poco éticos, es deber del coach opinar al respecto. Reflexioné sobre este punto, y llegué a la conclusión de que, quizá, Whitmore no tenía la distinción entre ser “directivo” y ser “directo” (especialmente en el campo ético, y al cual un coach nunca tiene porqué renunciar a él). Sin embargo, sembró una duda en mí respecto de cómo gestionaba la no directividad en sus sesiones y procesos (aspecto que se aclaró, en parte, con el comentado prólogo a Challenging Coaching). La última anécdota surgió al final del curso. Whitmore hizo énfasis en que había que superar y trascender al “comunismo” y “capitalismo”. Como yo ya me encontraba realizando mi tesis doctoral en economía, me acerqué a preguntarle cuál era o cómo veía, entonces, dicho “sistema”. Whitmore no supo responderme. Simplemente veía la necesidad de resolver dicha pugna por el bien de la humanidad. Acto seguido, le solicité su tarjeta personal, y lo invité a participar del un programa de formación de coaches no directivos con los padres, padrinos y pioneros del coaching a nivel internacional y nacional.
Por tanto, mi tercer encuentro fue en el contexto de dicho programa (entre el 2010 y el 2012) en la Escuela Superior de Coaching. Invitamos al “padre” del coaching, Tim Gallwey, a los “padrinos” John Whitmore y Graham Alexander, y a los “pioneros” Myles Downey (Inglaterra) y los españoles Alfonso Medina y Viviane Launer, entre otros, y yo mismo. Lamentablemente, en dicha época, Whitmore sufrió un accidente esquiando. Un helicóptero tuvo que rescatarlo, y tras un severo coma, aparentemente recuperado, participó de su último módulo con nosotros (gracias a la colaboración de Hetty Einzing). Los últimos dos contactos que tuve con él fueron, el primero, en enero de 2015, a través de su amigo (y ex-alumno mío) Dani Vázquez Rodríguez, quien en una visita en su casa le preguntó (de mi parte) si seguía siendo no directivo, respondiendo que sí. Y el último contacto, el 13 de marzo de 2017, preguntándole a David Brown si podíamos contar con su participación en un próximo evento en México de la mano de CREO Coaching (así como se ha celebrado este año con la presencia de Tim Gallwey), pero su respuesta fue que no era posible. Lamentablemente Whitmore ya llevaba un tiempo, desde aquel accidente, con mucha menor actividad, y finalmente llegó su momento.
Palabras finales
Tras la noticia de su fallecimiento, su maestro, Tim Gallwey, escribió lo siguiente:
Hola John, desde que captaste el espíritu del coaching lo has mantenido cerca y lo has desarrollado en la manera en la que el mundo hoy conoce y ama. Pero aparte del coaching estuviste comprometido a explorar tu propio ser a niveles profundos e inspirar el establecimiento de nuevos caminos en las posibilidades humanas, permaneciendo fiel a tu propia dignidad. Esta es la inspiración que dejaste a todos los que te conocían. Uno que no sigue la cultura dentro de la que creció sino que encontró su propia convicción dentro de su propia alma, tanto para sí como para tantas almas que ha tocado profundamente. Tú has sido un ser humano que siguió su corazón y tuvo el coraje de permitir que la humanidad lo supiera. Te recordaré con cariño y con gran respeto, dado que nuestro viaje comenzó hace mucho con Graham, Tony, Bob, y otros en los comienzos de la evolución de una manera de ayudar a las personas a descubrir y seguir su llamado. Gracias. No te olvidaré.[13]
Sin ninguna duda, John Whitmore fue un hombre valiente. Luchó por una causa más grande que sí mismo y encontró y expandió un proceso de ayuda basado en un paradigma que para la época estaba bastante fuera del alcance de comprensión de muchas personas. Supo comunicar su mensaje con fuerza y elegancia, e impactó en miles de coaches en todo el mundo (principalmente en Europa). Fue un excelente deportista que extendió El Juego Interior de Tim Gallwey al ámbito organizacional, y a través de ello llegó a contribuir en la evolución y constitución de una escuela de coaching en sí misma, la que nosotros denominamos Escuela de Coaching Europeo-Humanista de esencia no directiva o simplificadamente Coaching no directivo.
Whitmore y sus enseñanzas impactaron mi vida. Me abrió un nuevo campo de desarrollo personal y profesional, al cual llevo dedicados 16 años. Me inspiró a profundizar en la esencia del coaching, y gracias a él, indirectamente, conocí a Tim Gallwey, con quien mantengo una amistad hasta el día de hoy. El coaching, para mí, no tendría sentido sin la contribución de John Whitmore (y de su maestro Tim Gallwey). Y aunque ya no esté con nosotros, el espíritu de la esencia del coaching seguirá su curso. ¡Gracias John!
Notas
[1] Traducción propia
[2] John Whitmore (racing driver). (18 de mayo de 2017). In Wikipedia, The Free Encyclopedia. Recuperado 03:42, May 27, 2017, from https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=John_Whitmore_(racing_driver)&oldid=780922868
[3] Alan Mann Racing. (2017). LEGENDARY DRIVERS. [online] Disponible en: http://www.alanmann.co.uk/legendary-drivers/ [Recuperado el 27 de mayo de 2017].
[4] Touringcarracing.net. (2017). European Touring Car championship – 1965. [online] Disponible en: http://touringcarracing.net/Pages/1965%20ETCC.html [Recuperado el 27 de mayo de 2017].
[5] Algunos clasificaron el coaching de Whitmore como “Coaching para el desempeño”, dado que así se titula su libro más conocido.
[6] En la página Web de la asociación apareció el siguiente texto: “With great sadness we announce that Sir John Whitmore, an EMCC founder and ‘godfather’ of coaching, has passed away”
[7] La ICF dedicó unas líneas también en su memoria (ver aquí).
[8] Ver su ficha en la siguiente página Web de la fundación.
[9] Ambos basados en supuestos mensajes recibidos de comunicaciones extraterrestres. Estas creencias de Whitmore eran bastante desconocidas, aunque aparentemente en su última etapa mostraba un compromiso importante con ellas (al punto de hacerlas públicas).
[10] Traducción propia.
[11] Traducción propia.
[12] Traducción propia.
[13] Gallwey, T. (2017). LinkedIn. [online] Disponible en: https://www.linkedin.com/feed/update/urn:li:activity:6265866010016903169/ [Recuperado el 27 de mayo de 2017].
En memoria del fallecimiento de John Whitmore el 28 de abril de 2017
Recordar la figura de una persona clave en el desarrollo y evolución del coaching de esencia no directiva.
17 minutos.
Foto de cabecera: Sir John Whitmore | Founder of Performance Consultants International. (2017). Performance Consultants. Recuperado 27 May 2017, a partir de https://www.performanceconsultants.com/sir-john-whitmore
RAVIER, L., "Despidiendo a John Whtimore 1937-2017" [en línea], International Non Directive Coaching Society, 2017. [fecha de consulta DÍA de MES de AÑO]. Disponible en http://www.internationalcoachingsociety.com/despidiendo-a-john-whitmore-1937-2017
Gracias por este recorrido que ilustra y refuerza la concepción del COACHING como profesión sigue en evolución. Pero no sólo por esto sino porque para mi es muy claro que la contribución que tu has hecho retomando los principios , enseñando a comprender su esencia es lo que ha hecho que pueda sostenerse para ser una profesión que trascienda a través de contribuir en la evolución en la que se impacta en la consciencia de las personas desde la libertad y responsabilidad.
¡Gracias Rubí!
Que gran homenaje póstumo a John Whitmore. Después de su partida recuerdo haber platicado contigo para pedirte que escribieras tu experiencia como alumno suyo y me dijiste que ya habías empezado. Al leer el artículo completo encuentro como siempre Leo tu esmero y profesionalismo. El libro COACHING de Whitmore fue el primero que leí en mi trayectoria y me sigue pareciendo el primer ABC de la práctica del coaching. Le antecedía EL JUEGO INTERIOR de Tim Gallwey quién me dió luz sobre la importancia de las conversaciones internas tanto en el cliente como en el coach. Vino luego ARTE Y CIENCIA de tu autoría que me permitió conocer los fundamentos y una crítica a los primeros pasos del desarrollo del coaching en la propuesta de lo que para mí ha sido un llamado a profundizar en el marco filosófico. Ya en medio de nuestra relación colaborativa escribiste COACHING NO DIRECTIVO para entregar un marco sistemático de la metodología no directiva desde tu perspectiva. Recientemente con la colaboración de otros colegas y com tu coordinación ha salido al mercado COACHING HUMANISTA que hace entrega de un contenido que cubre espacios vacíos en la profesión. A groso modo esta es una síntesis de los referentes que nos envuelven hasta ahora al equipo Ibérico – Latino entorno al Coaching Humanista. Gracias Leo por ser líder académico del Coaching.
Y todo ello, Luis, es solo el principio… ; )
Hagamos hoy lo que queremos que la historia diga de nosotros mañana. Sigamos en el camino del desarrollo de la esencia del coaching, aún nos queda un largo recorrido. ¡Abrazo!