"Coaching" a uno mismo ("Selfcoaching") Vs Coaching
Clarificar qué significa exactamente "coaching a uno mismo", y determinar si efectivamente es posible o no.
5 minutos
Originalmente publicado en LeoRavier BLOG, 3 de enero de 2008.
Foto (CC BY-SA 4.0): "Nightly talk" de Ghazaleh Ghazanfari
RAVIER, L., "¿Puede uno ser coach de sí mismo?" [en línea], International Non Directive Coaching Society, 2015. [fecha de consulta DÍA de MES de AÑO]. Disponible en http://www.internationalcoachingsociety.com/puede-uno-ser-coach-de-si-mismo/
Para contestar a su pregunta, primero debemos respondernos ¿Qué significa ser coach de uno mismo?, luego ver cómo se practicaría, y finalmente concluir si realmente es posible, y en qué sentido, la idea de que uno se transforme en su propio coach.
Le adelanto la conclusión de mi argumentación, aunque ella será fundamentada a lo largo de este artículo.
El “coaching hacia uno mismo” no es coaching. Por definición es una contradicción en sí mismo, y crea confusión sobre las verdaderas bondades del coaching como disciplina. Esto no implica, en absoluto, que dicho procedimiento tenga cierta utilidad de ejercicio mental auto-reflexivo con cierta utilidad en contextos diferentes al creado por el coaching.
Analicemos la realidad del “ser coach de uno mismo“, sus fundamentos y objetivos, y su relevancia y eficiencia para el aprendizaje humano.
1. Realidad: Algunos datos relevantes sobre el “coaching hacia uno mismo”
Si coloca la palabra “autocoaching” en Goolge verá un resultado de 9.820 referencias aproximadamente. Esto equivale al 0,013% del total de las referencias a la palabra “coaching“(75.000.000 aprox.) o el 0,14% del total del referencias de la palabra “self coaching” (106.000 aprox.) Con este dato, simplemente pretendo que comprendamos que lo que actualmente la gente entiende por “ser coach de uno mismo” o “self coaching” forma parte de recientes iniciativas que por el momento no han tenido mayor acogida por parte de los potenciales “auto-clientes”. Veamos algunas de las iniciativas del denominado “coaching para uno mismo“:
- Taller de autocoaching de Cenodyn
- Jornada del ESADE y los creadores de autocoaching.info (Pedro Amador y Leo Antolí)
- José Ignacio Marina (consultor de autocoaching)
- Dr. Joseph J Luciani autor del libro “Self-coaching”
- Dr. Ron Muchnick autor del libro “Self-coaching, How To Solve Executive Coaching Issues”
- Instituto de Coaching
- “Coaching Yourself”
- Susan Whitehead autor de “Self Coaching for Christians”
- Tom Gegax y Deepak Chopra, M.D. autores de “Self Coaching Secrets for Success”
2. Fundamentos y objetivo: ¿Qué es el coaching hacia uno mismo?
Si en términos muy sintéticos el coaching es un proceso donde un cliente contrata a un experto en coaching para que éste le ayude a reflexionar y desarrollar planes de acción para conseguir sus más deseados objetivos (principalmente a través de preguntas), la idea básica del denominado “coaching para uno mismo“, consistiría en la posibilidad de que sea uno mismo el que se haga dichas preguntas y reflexiones para así determinar, sin la interacción de un coach, sus planes de acción, y conseguir igualmente dichos objetivos.
Nota: En el caso específico de www.autocoaching.info (AutoCoaching ® – punto 2 de las referencias del epígrafe uno, anterior), el usuario se da de alta en la web, y gratuitamente puede realizar unos ejercicios didácticos y reflexivos que le acompañan a lo largo del proceso (sin necesidad de un coach) tanto en la definición de áreas de mejora, objetivos, planes de acción y seguimiento. Pero AutoCoaching® no se define como “coaching para uno mismo”, sino como una herramienta de apoyo GRATUITA que permite a los usuarios auto-explorarse, y percibir posteriormente si desean o no continuar con una relación de coaching propiamente dicha.
3. ¿Cómo se realizaría el “coaching para uno mismo”?
Por lo tanto, para poder realizar “coaching para uno mismo“, lo ideal sería que uno mismo sea quien se forme como coach, y luego se “autoaplique” el propio proceso de coaching. Haría constantemente una pregunta en su mente del tipo “¿Si tuviera un coach en este momento, qué me preguntaría? ¿Qué haría?, etc.” Se asumiría de esta manera un “doble juego” o “roll” de coach y coachee permanente, hasta conseguir el resultado del proceso en uno mismo. Es evidente, por tanto, que quien quiera aplicarse a sí mismo el proceso de coaching, al menos, debe ser él mismo un coach (en el sentido de formarse y haber desarrollado las competencias necesarias, conocer los principios y modelos que se aplican en coaching, etc.), si así no fuera, el “autopreceso” resultaría ineficiente (en caso de que realmente esto sea posible).
4. Relevancia y eficiencia para el aprendizaje humano: ¿Es esto posible? ¿Puede uno hacerse coaching a sí mismo? ¿Es igualmente efectivo? ¿Qué utilidad tiene?
De esta manera podemos concluir que “ser coach de uno mismo” requiere:
a) Que uno sea coach, o al menos esté formado como tal (si esto no fuera así, quien realiza “coaching para uno mismo” se verá limitado por su falta de conocimiento del proceso de coaching, aún con la ayuda de un sistema multimedia, test o formularios).
b) Que uno asuma un doble “roll” de coach y coachee permanentemente.
c) Que se sigan todos los pasos y requerimientos imprescindibles del proceso de coaching.
d) Que uno mismo se haga las preguntas y escuchas que haría un coach externo.
e) Que consiga los resultados del proceso de autocoaching, al igual que los que conseguiría con un coach externo.
¿Es realmente posible conseguir esto? Definitivamente, NO.
Paso a desarrollar mi argumentación, siguiendo los 5 aspectos básicos mencionados.
a) Estar formado como coach: Es evidente que cualquier persona puede formarse como coach (la oferta formativa cada vez es más variada y especializada). Sin embargo, no es menos evidente que no cualquiera llega a ser un buen coach. Con esta declaración no estoy prejuzgando las capacidades de las personas, sino simplemente constatando una realidad que se evidencia en cualquier profesión. Cualquiera puede estudiar para ser ingeniero, arquitecto, médico o músico, pero no todos los que lo hacen llegan a ser efectivos y/o eficientes en su desempeño (de hecho muchos terminan cambiando o abandonando la profesión). Lo mismo ocurre con el coaching. La formación en coaching es imprescindible, pero no necesariamente suficiente para ejercer como tal.
b) Asumir un doble rol: Técnicamente hablando es imposible que un ser humano se “transforme” o actúe como si fuera dos. Es imposible que una mente humana se divida en dos mentes, y consigan interactuar una independientemente de la otra, preguntándose y escuchándose como si se tratara de dos personas o individuos. Un individuo (indi-visible) nunca puede ni ser, ni actuar como si fueran dos individuos. Lo que sí puede hacer es “jugar a ser otro” con el lógico límite de tiempo y espacio alternos, nunca paralelos.
c) Seguir los pasos y requerimientos de una sesión de coaching: Evidentemente, uno puedo seguir, por ejemplo, los pasos del modelo GROW (o cualquier otro) consigo mismo. Ahora bien, el buen coaching no tiene ni modelos, ni guías preestablecidas. El coach actúa conforme va escuchando a su cliente, nunca se sigue un patrón de conducta o comportamiento. Hacer esto es anti-coaching. Este punto esta íntimamente ligado al siguiente.
d) Auto-preguntarse y auto-escucharse: Uno puede hacerse preguntas y responderlas por y para sí mismo, pero es justamente cuando dichas preguntas y respuestas se han agotado cuando uno normalmente busca la interacción con un coach o tercero. El coaching por definición es un proceso que se debe realizar entre, al menos, dos personas. La efectividad del coaching radica en el resultado de la interactividad o interrelación que es justamente la que rompe la “intra-actividad o intra-relación” (estos términos no existen porque son una contradicción en sí mismo, no es posible hablar de relación con y para uno mismo).
e) Resultados del “coaching para uno mismo”: Alguien puede argumentar que se ha aplicado “coaching a sí mismo” y le ha sido muy útil para la consecución o definición de sus objetivos. Nadie ha negado que lo que se llama “coaching para sí mismo” tenga una utildad o eficacia. Decir eso equivaldría a decir que las reflexiones y conclusiones personales que uno hace consigo mismo son inútiles e ineficaces. No, no estamos diciendo eso. Lo que estamos diciendo es que justamente eso, la reflexión (que es útil en un contexto) no es coaching (y es inútil para transformar un contexto de relaciones). Quienes han visto las bondades del “coaching para uno mismo” en realidad están comprendiendo y asimilando las bondades de la reflexión, y del saber pensar, pero eso no es coaching. Quien contrata un coach quiere interactuar porque entiende que en esa interacción surgirán necesariamente elementos nuevos que la reflexión aislada no aporta, o se demoraría más tiempo en conseguir.
Conclusión
Por todas estas razones considero que no existe tal cosa como “coaching para uno mismo“. 1º) Por definición (dado que se requiere al menos dos personas), 2º) Por realidad de la naturaleza humana (un individuo, es justamente eso, uno), 3º) Por dinámica y metodología (la interacción es un proceso diferente a la “intra-acción“, y la aplicación del proceso no se limita a un patrón de comportamiento o conducta), 4º) Por los resultados que se obtienen (una cosa es saber reflexionar y actuar por uno mismo, y otra potenciar la reflexión con la interacción).